Texto: Alvaro Ayela Fisioterapeuta
Como este mes, ya hicimos el “clásico” análisis de disco, y como muchos colegas melómanos, durante el confinamiento, estoy de revisiones discográficas intensivas, voy a dar un nuevo formato al tema: históricos y clásicos (una visión muy personal). Un análisis de la música heavy, que hemos conocido, a través de dos bandas históricas, en toda la amplitud de la palabra, por sus longevas carreras. Estamos hablando de JUDAS PRIEST y SCORPIONS. Una, la definición del heavy metal, aportando no sólo sus características sónicas a la evolución de nuestro querido género, sino también la imagen y toda su iconografía. La otra, el ideal del hard rock, que explotó las radio-fórmulas rockeras y añadió otro de los emblemas del estilo: la balada heavy. En verdad, sería incapaz de elegir “el clásico del mes” en ninguna de estas dos bandas.
Ambos celebrando los 50 años de carrera, aunque sus primeros redondos son del 72, en el caso de Lonesome Crow, de Scorpions, y del 74, con Rocka Rolla, de Judas…ambos bastante diferentes al resto de sus discografías, y detestados, sobre todo durante nuestra adolescencia, por ser hippies, ácidos, progresivos (a veces rayantes), muy al estilo de la época (aunque con la madurez los escuchas de otra manera).
Os propongo estas dos bandas para hacer un juego de análisis en su evolución, muy de mi propia cosecha, pero con algo de paralelismos. Ambos abarcan la historia completa del género de forma estable, por lo que no incluí a otros como Black Sabbath, con rupturas que trastocaron su carrera (la de Ozzy y la de Dio), y épocas que quedaron en el olvido para muchos…o Iron Maiden, que comenzaron ya en los ochenta, por nombrar dos ejemplos…
A grandes rasgos, está la época setentera, con varios discos de calidad, no tan arquetípicos del heavy, que culminaban, para más coña en sendos directos grabados en Japón. Mucha calidad, creatividad y virtuosismo, rock, hard, psicodelia…estaban en evolución. Luego llega el éxito de los 80, y se les une toda la NWOBHM, y el sonido se perfecciona y los millones empiezan a caer en sus cuentas. Las giras por América se hacen habituales, y llegan los Top 40, hasta que la comercialidad les atrapa (y aquí se les unen los Bon Jovi, Europe y demás sonidos retocados). Entonces, pegan ambos el puñetazo sobre la mesa en 1990, con un discazo cada uno en su estilo: Painkiller y Crazy World, y para mi gusto es el final orgulloso de sus respectivas carreras. Desde ahí, lo que llamaría la época contemporánea o moderna con más o menos calidad, más o menos experimentos y más o menos éxito…pero, ya nada sería lo mismo. No pasarán a la historia con sus nuevos trabajos.
Ambos grupos han tenido cantidad de cambios en las formaciones, pero el más importante en cada uno de ellos, también tuvo un resultado positivo…el primero, supuso el cambio de era para los Scorpions. Abandona la banda Uli Jon Roth, el guitarra solista fanático de Hendrix, de una calidad más que demostrada y que sigue siendo un referente en su estilo. Era una de las fuerzas creadoras en el grupo, pero no cuadraba con la inercia compositora y de propósito en las mentes de Meine y Schenker (los verdaderos líderes del grupo), con lo que a la entrada del joven Mathias Jabbs, todo se vuelve más fácil y los éxitos se suceden de forma simple y natural, llegando el éxito multitudinario en los 80. En el caso de Judas, abandona el grupo la voz del metal god, a priori una mayor pérdida, pero él ya tenía en mente otros proyectos y estilos, y no estaba a gusto. Entra en el grupo Tim “Ripper” Owens, un joven fanático del grupo que se dedicaba a hacer versiones de ellos, con un chorro de voz, y aunque los discos sí que cambian de estilo, buscando algo más moderno y agresivo, en directo Ripper es una máquina sin límites y gracias a él, el grupo no se vio tan afectado como otras bandas en la segunda mitad de los 90, con lo alternativo en auge y los heavys experimentando adaptaciones (como Scorpions con Eye to Eye o los Metallica con Load o Requeteload, jeje). Luego, vuelve Halford y los fans los retoman con más ganas si cabe, aunque en vivo ya no era lo mismo.
Nos vamos al principio, y como decíamos tenemos sus álbumes de debut, que se pueden pasar por alto, aunque cabe nombrar que el de Scorpions sirvió de lanzadera para un jovencísimo Michael Schenker, que fue fichado por UFO y más tarde se convierte en una de las leyendas de la guitarra. A partir de aquí, la carrera de Judas despega mucho más rápido y el segundo Sad Wings of Destiny es una verdadera obra de arte, que todavía nutre de clásicos los conciertos de Judas (The Ripper y Victim of Changes, son para mí de los mejores temas de la historia). Sin After Sin, Stained Class y Killing Machine, ya obtienen unas ventas considerables, incluso en EEUU, con cantidad de clásicos para la historia de la banda: Sinner, Diamonds and Rust, Exciter, Beyond the Realms of Death, Hell Bent for Leather, Delivering the Goods, The Green Manalishi o Running Wild, sólo por nombrar algunos. Y como fin de una era, el directo Unleashed in the East, con un público japonés entregado y una calidad insuperable (aunque siempre quedará la polémica por la regrabación de las voces de Rob, que se encontraba enfermo durante aquellos conciertos).

En paralelo, con un ascenso menos llamativo y un estilo que no termina de centrarse, los Scorpions sacan Fly to the Rainbow (todavía muy hippy). In Trance, ya considerado un clásico para los fans de la banda, y Virgin Killer y Taken by Force (ambos con portadas censuradas entonces), que serían los dos primeros en tener verdadero éxito, aunque sólo con ventas considerables en tierras niponas, con lo que la grabación allí de su primer directo era una elección lógica si querías dar la sensación de superestrellas. Y nuevamente, encontramos con el álbum en vivo el fin de ciclo (el sonido de este no era tan perfecto como el de Judas, pero era un doble que incluía los solos y las improvisadas jams, lo que lo hizo convertirse en una joya para los seguidores de Uli Roth). Aquí también hubo temazos, pero los alemanes renegaron inexplicablemente durante años de esta época: He´s a woman-she´s a man, We´ll burn the sky, Pictured life, In trance, Speedy´s coming…

Llegaba la época dorada del metal, con sus grandes recaudaciones y multitudinarias giras: los 80. En ambos casos comienzan con un discazo, Judas Priest con el British Steel (Breaking the Law, Metal Gods, Living After Midnight,…) y Scorpions con Lovedrive, todavía en 1979, pero que al presentar a Jabbs y con el nuevo dueto compositivo Schenker/Meine al 100%, se convierte en el primero del estilo que les definiría para siempre. Rockeras como Another Piece of Meat o baladas, como Always Somewhere o Holiday, les lanzan por fin a hacer las américas y conquistar un público mucho más amplio, pero que no se ve con una imagen tan heavy. Y siguen las casualidades, pero el exceso de trabajo, las prisas o la búsqueda de un producto comercial X, les hacen sacar después el menos afortunado de sus trabajos de esta época: Point of Entry y Animal Magnetism. ¡Qué casualidad! En ambos hay un supersingle muy americanizado y otros temas quizá mejores pasan desapercibidos…son Heading Out to the Highway y The Zoo.
Pero, cuidado con todo lo que viene pisándonos los talones: trallazos del calibre de Iron Maiden, Saxon, Def Leppard,… y estos dos dinosaurios se ponen las pilas y sacan lo mejor de lo mejor, Screaming for Vengeance y Blackout, que pasarán a la historia por ventas, calidad, creatividad y son de obligado estudio, si quieres saber algo sobre esta música… aquí ya te pierdes y se hace difícil elegir, aun siendo fan de uno de ellos: Blackout, Can´t live Without You, No One Like You, Dynamite, The Hellion/Electric Eye, Riding on the Wind, Screaming for Vengeance o You´ve Got Another Thing Coming, sólo nombrando los más conocidos…porque no te pierdas China White, When the Smoke is Going Down, Bloostoned o Devil´s Child.
Aquí quien pisa un poco más el acelerador son Scorpions, quizás un poco menos desgastados en el mercado USA, y con Love at First Sting, llegan al olimpo de los dioses. Rock You Like a Hurricane, Big City Nights y el cansino Still Loving You (temazo donde los haya, pero por favor no me lo pongáis más), hacen las delicias en la radio y multimillonarios a Schenker y los suyos. Scorpions aprovechan el tirón y sacan el doble directo World Wide Live (¿Quién no lo ha flipado siendo un crío con este, a todo trapo en su habitación?). En su momento, el segundo disco en directo más vendido de la historia. Mientras, los Priest sacan un discazo heavy como Defenders of the Faith, con momentos álgidos en Freewheel Burning, The Sentinel o la que da título al disco.
Pero, el mercado manda y aquí todo el mundo está ya sacando tajada a lo heavy. Los pelos cardados venden y mucho, como Motley Crüe. Iron Maiden han venido para quedarse y se llevan también su trozo del pastel, grabando Live after death, en el Long Beach. Y aparecen muchísimos grupos menores y oportunistas, que el tiempo hizo olvidar. Los Judas se lo piensan y ¡Turbo!, un discazo pero con sintetizadores, estribillos coreables y ritmos que muevan las caderas de las chicas, que ahora llenan sus conciertos, porque el heavy está de moda, como quedó reflejado en las imágenes de Priest…Live! Su recaudación del cotarro americano sólo un año más tarde, en 1986. En cierta manera, es la tendencia y vemos ese sonido antiheavy, pero que en aquellos años nos maravillaba también en Somewhere in Time, de los Maiden, por poner otro ejemplo.
Se han copado, se han cansado, todo está medido y falta espontaneidad y un punto de agresividad. Ahora, desde la distancia ves que aquellos discos de tu adolescencia, no eran para tanto y me estoy refiriendo tanto a Savage Amusement como a Ram it Down. Uno con single para la radio (Rhythm of Love) y otro, siempre más heavy pero tirando de versión (Jhonny B. Good). Los dos del 88, menos mal que ya estaban los del Big 4 dando caña y algunos manteniendo el nivel como Seven Son o los innovadores Keeper. Y los pelos cardados cada vez se forraban más (Europe, Bon Jovi o Def Leppard).
Pero, los grandes lo son por algo y cual Ave Fénix, llega 1990 y qué dos discos: Scorpions sacan Crazy World, su disco más vendido, que sí gracias a Wind Of Change, la baladita pacifista que llegó al número 1 en no sé cuántos países, y Tease me, Please me, el rock sexual para el mercado americano, pero que tiene temazos como Don´t Believe Her, Restless Nights y las cañeras Hit Between the Eyes (BSO de Freejack, peli cutre protagonizada por Emilio Estevez y Mike Jagger) y Crazy World, siempre dentro de un hard rock de mucha calidad, pero que ya no recuerda a las heavys Blackout o Dynamite. Por su parte, Judas Priest sacan su disco más heavy hasta la fecha, Painkiller, todo velocidad, riffs punzantes, agudos endiablados, doble bombo, todo limpio, perfecto y así a lo largo de todo el disco, sin que sobre nada. Una masterclass de heavy metal, cuyo tema lento A Tocuh of Evil, hace honores a su nombre y te pone los pelos de punta. Un orgullo para la banda como fin de una era. No sé ni cuales destacar, Nightcrawler, Painkiller, Leather Rebel, Metal Meltdown, Between the Hammer and the Anvil,… todas son increíbles. Para entonces, entran en la mercadotecnia los Guns and Roses y los Metallica, con su adiestrado Black Album, que serán los únicos que resisten en esos años siguientes el empuje del Grunge y el Nu Metal.
Desde aquí, ya puede opinar cada cual y según gustos. Scorpions en el 96 comienzan a suavizar con Pure Instinct, se hacen los viejunos modernos en Eye to Eye (por momentos ridículo, entre los peores Metallica y U2…), el de la orquesta, el acústico… y en el caso del Sacerdote, se va Halford, y aunque en directo mantienen muy buen nivel, gracias a la juventud de Ripper Owens, los dos discos de estudio para mi gusto no pasarán a la historia, se hacen modernos buscando mantener aún la agresividad (Jugulator y Demolition), pero pasada esa época se pueden obviar. El regreso a su sonido más típico también casi coincide en ambos, pues los Scorpionss sacan Unbreakable (pues era o volver a su estructura conocida o desaparecer) en 2004 y es cuando regresa Rob a las voces, y los Judas sacan Angel of Retribution en 2005. Con esa misma distancia, aparecerá un último paralelismo (y es que agotadas la ideas todo vale), sacando su primer álbum conceptual, en 2007, sale Humanity Hour 1 y en 2008, Nostradamus. Como todo material de estas bestias de la música, cualquier disco tiene calidad, puede aportar 4 o 5 temas más que decentes a sus directos y encuentras pasajes, que más los quisieran muchos…se nota la experiencia en la composición y agradan siempre, pero es como cuando les ves en directo, que te pueden manejar un palacio de deportes como nadie y siempre serán los reyes en cualquier noche de festival, pero si los viste en su momento de auge, sabes que no es lo mismo, que Meine y Halford ya no tienen esa calidad en las notas más melódicas, que dejan cantar demasiadas veces al público, para descansar o que los ecos desde la mesa de sonido, en los gritos, son exagerados (y qué decir de la penosa ejecución de Klaus en el 70´s medley de las últimas giras).
En los últimos años sacan discos aceptables, para mi gusto mejores los de Judas (a nivel personal Redeemer of Souls o Firepower, no me parecen nada malos, aunque no les di más de 3 o 4 escuchas, pero el último aceptable de Scorps fue Sting in the Tail, en 2010, cuando decían que ya se retiraban). Han aprovechado el renacer del rock en directo, de la mano de la moda de asistir a los festivales de verano, y lógicamente la calidad se nota al comparar con la musiquilla de hoy en día… y así estirando, estirando, primero los alemanes y ahora los británicos, llegan a celebrar sus 50 años en la carretera, lo que les da para otra gira más.
Son grandes y le han dedicado su vida, y a la vista está que no son capaces de dejarlo. No sé si se atreven a nivel personal, pues estos claramente no son de los casos de “vuelven por la pasta”, porque nunca se fueron del todo y han ganado todo lo que se puede ganar. Juegan en la liga de los grandes, como Ozzy, AC/DC, Iron Maiden o los Kiss, pero me servían para lanzar un repaso a la evolución de este estilo, desde un ángulo, que creo que no ha sido utilizado antes. Quizá doy argumentos un poco rebuscados, o quizá el mercado, las épocas, las modas y los propios caracteres de los componentes de estas bandas, influyeran en estos devenires. Británicos y alemanes, hijos de currantes, de zonas industriales, de post guerra, con ganas de libertad y de todo lo que representa el rock and roll, pero a la vez, llevan en el ADN su disciplina, seriedad y ganas de trabajar duro, del contexto en el que se criaron. Gracias a esto tomaban las decisiones más fructíferas, para estas largas y exitosas carreras. Un ambiente duro, como el heavy metal.


Algún día me explicarás, si es que tiene alguna explicación, algo que tocas e nel artículo, por que scorpions, durante mucho tiempo, dejaron de tocar ningún tema de los discos con Uli.
Como en muchas de sus épocas…sólo veo el tema comercial…vieron los millones en el gran público y querían romper con lo “viejo”, lo “hippy”, etc…